Historia Del Amor

HISTORIA DEL AMOR 

Mucho antes de que el hombre habitara la tierra, habitaban en ella
virtudes y pasiones. A pesar de las grandes diferencias que existían
entre unas y otras, siempre vivieron en armonía y, un día en el que
todas andaban aburridas a la Imaginación (que ya sabes como es) se le ocurrió una idea:

- ¿Por qué no jugamos al escondite?

Todos se miraron sorprendidos...

La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al escondite? y ¿cómo es eso?"

- Es un juego -explicó la Imaginación- en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.

El entusiasmo bailó secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La Verdad prefirió no esconderse (¿para qué?), si al final siempre la hallaban, y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya), y la Cobardía prefirió no arriesgarse...

- ¿Y quién se queda para contar? -preguntó la Duda.

- ¡Yo! ¡Yo!... -gritó la Locura, y empezó a contar... Pero del 5 pasaba
al 80, de ahí al 127, al 348, al 472 y así siguió..

La primera en esconderse fue la Pereza que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la Belleza; que si el bajo de un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnifico para la Libertad. Así que termino por ocultarse en un rayito de sol. El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero solo para él.

La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira!, en realidad se escondió detrás del arco iris), y la Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes. El Olvido... ¡se me olvidó donde se escondió!... pero eso no es lo importante.

Cuando la Locura contaba 999.999, el AMOR todavía no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, Corrió y corrió de un lado a otro sin saber donde esconderse... Pero el Amor, tan indeciso como siempre, no sabía qué hacer, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

- ¡Un millón!- contó la Locura y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la Pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después se escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre Teología. Y a la Pasión y al Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.

En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir donde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; el solito salió disparado de su escondite, que había resultado un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aun de que lado esconderse.

Así fue encontrando a todos: el Talento entre la hierba fresca, la Angustia en una oscura cueva, la Mentira detrás del arco iris y hasta el Olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.

Pero solo el AMOR no aparecía por ningún sitio.

La Locura busco detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas, entonces la Envidia, tan envidiosa como siempre, se acercó a la Locura y le susurró al oído:

- El Amor está escondido entre el rosal

Y allá se fue la Locura en busca del Amor... diviso un rosal y las rosas... Pero por más que miraba y miraba no veía nada. Entonces metió la mano pero se pinchó con una zarza: y es que ya sabes que a veces hacer que el Amor salga duele. La Locura, ya enfadada y cansada, cogió una trilla y comenzó a pinchar, pero no encontraba nada... Hasta que oyó un grito: "¡Ay! ¡Ay!" Y salió el Amor con los ojos ensangrentados.

Todos lloraron desolados y se preguntaban qué sería ahora de ellos.

La Locura no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró y hasta prometió ser su lazarillo. y dijo:

- No os preocupéis: a partir de hoy yo seré sus ojos.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra, el AMOR es ciego, y la LOCURA lo acompaña siempre.

 

 

HORA
 
NUESTRO LEMA
 
"PARA ENSEÑAR HAY QUE APRENDER,
Y PARA APRENDER HAY QUE ESTUDIAR"
 
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